La ecografía permite monitorear la dinámica folicular, identificar la presencia y funcionalidad del cuerpo lúteo, y detectar patologías como quistes ováricos, endometritis y piometras. Esta información es crucial para la toma de decisiones en programas de inseminación artificial y transferencia de embriones.

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La ecografía permite detectar la preñez en etapas muy tempranas. En vacas y yeguas, es posible identificar la gestación entre los días 21 y 28 post-servicio, mientras que en cerdas, la detección puede realizarse desde el día 22 por vía transabdominal. Esta capacidad de diagnóstico precoz facilita una mejor planificación del manejo reproductivo y reduce los intervalos entre partos.

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Es una herramienta esencial en la medicina veterinaria reproductiva, ya que mejora la eficiencia de los programas de reproducción, permite un diagnóstico temprano y preciso, y contribuye al bienestar animal al ser una técnica no invasiva.